Pero un día, por aquellas cosas del destino, Belén se enamoró de un gallego y tuvo que mudarse a Vigo. Ahora siguen siendo grandes amigas y cuando se ven, es como si no hubiera pasado el tiempo. Se echan de menos, pero luchan por mantener su amistad a pesar de la distancia.
Por eso, cuando Belén estaba a punto de tener a Laura, María me dijo, no podré estar en el parto, pero quiero demostrarle que estoy ahí, le enviaré un detallito al hospital.
Y así fue como esta cuna de pañales fue directa a Galicia.
A María le encantó y se que Belén se emocionó al recibirla, en un momento que hubiese querido compartir con su amiga, recibir este detalle de su parte, fue como estar un poco más cerca.
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